Deseo de Noah

Deseo de Noah

sábado, 3 de noviembre de 2012

El deseo de Noah -Capitulo 20: Infierno-


Capitulo 20 -Infierno-

Un demonio albino permanecía aprisionado por cadenas. Atrapado de manos y pies a una pared, esperando a su rey.

Los demás demonios de la corte permanecían expectantes esperando a que el trono se posase su tan aclamado e invencible rey. Todos lo admiraban. Excepto uno. Un demonio del que todos miraban y cuchicheaban. Noah si que sentía repugnancia por ellos. Porque el podía sentirlo. Ellos solo eran la sombra del rey, y a él lo miraban como una aberración.

Gritos se escuchaban de la otra habitación. Gritos de mujer. Pedían clemencia, pero rápidamente su silencio llegó. Aunque podía olerse la sangre fresca. El castigo no había terminado para ella. Alguien suspiró, aliviado, al terminar una faena.

-Tapadle esa asquerosidad con vendas.- susurró el rey en el umbral de la puerta. Todos los demonios se giraron para observarle. Noah le clavó sus ojos rojos con odio. Lentamente se sentó en su trono, observando el frágil y pálido cuerpo del demonio aprisionado, ajuntando sus manos con gracilidad.-Vaya, vaya, Noah...al parecer nada salió como esperabas, no?-
-Cállate, Nekoro.- le replicó el albino a su rey desviando la mirada al suelo, lleno de sangre seca. Lo había llamado por su nombre, solo por eso ya podrían degollarlo. Pero Nekoro rió, divertido.
-Por favor, Noah, llámame Nero, para abreviar.- susurró con dulzura.- Así que... querías conseguir que aquel chaval renaciera, no?- Noah levantó la cabeza sorprendido.
-¡Pero...! ¡Como él...!- Noah hizo fuerza para separarse de esas cadenas, en vano. Nero sonrió y se puso el dedo indice en los labios, en señal de que guarde silencio. Con un chasquido de dedos, los guardias liberaron a Noah de sus cadenas, y este cayó al suelo, de rodillas, y le obligaron a permanecer así unas grandes lanzas que llevaban dichos guardias.
-Es mejor que te lo explique paso por paso y con una prueba...- Nero se puso mas cómodo en su trono, quedando sentado de lado, apoyando su cabeza en el respaldo. Agitó la mano en el suelo buscando algo, cogió una bolsa de patatas y la abrió- Sabes acaso que pasa con las personas que se transforman a oscuros?-
-Que su alma se vuelve una gema negra.- dijo tajante y intentando averiguar que es lo que insinuaba.
-Correcto.- digo mientras comía unas cuantas patatas de una forma algo particular, lamiendo los dedos.- Eso es lo que pasa con el alma, con sus sentimientos...Pero que pasa con el cuerpo del oscuro?- El albino abrió los ojos, sabiendo la respuesta y Nero sonrió al ver el rostro de Noah.- Correcto otra vez, mi querido Noah...el cuerpo se transforma...-

Nero chasqueó los dedos con diversión y por la puerta apareció una personita algo delgada y pequeña. Un cabello lacio y negro como la mas profunda oscuridad, vestida con un fino vestido sobre las rodillas del mismo tono. No llevaba zapatos, aun sus pies estaban manchados de sangre aun reciente. Sus ojos y cuello estaban cubiertos por vendas, manchadas de ese liquido rojo. No parecía alterada.

-...En un demonio.- Noah no se acababa de creer lo que sus ojos veían  Una muchacha se había convertido en demonio? Que le había pasado? No conseguía recordarlo. Se llevó las manos al rostro. Se sentía horrible y no sabia porque.
-Oh, cierto. No puedes recordarla si no tienes esto, no?- De su bolsillo sacó una joya en forma de rombo, de color morado.- Cuando una persona que se ha transformado en oscuro, en su joya, ademas de sus sentimientos están sus recuerdos...lo recuerdas? Por eso aquella vez estuviste tan desesperado por obtener la joya de aquel chaval...- Le lanzó la joya a Noah y este la cogió torpemente.
Una lluvia de imágenes de una muchacha de cabellos castaños pasaron rápidamente por su mente, recordándolo todo. La primera vez que la conoció. Sus ambiciones. Sus sueños. Sus amores. Sus amigos. Su vida. Todo eso se lo había arrebatado. Ahora que lo veía de otra perspectiva, veía lo cruel que había sido. Miró con tristeza a la chica que ahora tenia los ojos vendados por su culpa.
-Yo te hice todo eso?- se resignó a decir mirando al suelo.
-En principio no le hubiéramos echo mucho mas.- Nero tiró la bolsa de patatas vacía y cogió una piruleta que llevaba en el bolsillo. Cambió otra vez de postura, poniendo su cabeza donde deberían ir sus pies.- Pero... había sido tu cómplice  Necesitaba un castigo. Y si lo que mas temía eran las mentiras...porque no cortarle las cuerdas vocales y sacarle los ojos? Así no podrá mentir ni ver que le mienten.- Una sonrisa malvada y alegremente siniestra marcó su cara.
-Eres un monstruo.- replicó Noah con una mirada impregnada en odio.
-Pienso lo mismo de ti.- Dijo tranquilamente lamiendo su golosina. Se levantó de un salto y cogió un libro grande y antiguo y se lo dio a la muchacha del vestido negro. Esta hizo una pequeña reverencia y se retiró a otro lugar con el. Nero volvió a sentarse en su trono con infantilidad- Noah, solo te espera un destino después de lo que hiciste...- El albino esperó a que dijera ''Muerte'', queriendo saborear la palabra lo máximo que pudiera.-... Te desterraré del infierno. Te largarás de aquí, te dejaremos vivir una vida normal en la tierra. Pero no puedes decir nada al respecto, ni transformar humanos en oscuros.-

Noah arqueó las cejas, sorprendido. No sabia el motivo de porque lo dejaban ir impunemente  Los guardias fueron retirando sus lanzas y el albino intentó torpemente ponerse de pie. Nero volvió a chasquear los dedos por tercera vez y un demonio negro apareció en una niebla oscura, cayendo a los pies de Noah, inconsciente  El demonio blanco tuvo el instinto de abrazarlo, y no lo reprimió. Lagrimas cayeron de sus ojos, haciendo que el demonio que había aparecido se fuera despertando y sonriera un poco.

-Hyuu...!!- susurró Noah abrazándolo mas fuerte. Hyuu intentó despejarse un poco de él pero aun tenia una gran herida profunda en el abdomen.
-Que tierno~- se burló Nero poniendo carantoñas y aplaudiendo como un niño pequeño.- Él no murió cuando lo atravesé con la espada. Aunque solo el rey puede matar a sus súbditos mi golpe no fue lo suficiente fuerte para matarle del todo.- Nero se levantó de un salto y Noah cogió a Hyuu entre sus brazos y lo levantó.- Hyuu solo será capaz de recordar su pasado y de sentir si esta cerca de ti. Tu eres el portador de sus recuerdos y sus sentimientos.- giró divertido, haciendo un bufido - Y si mañana por la mañana seguís en mis dominios os mataré~- Nero se fue del lugar saludando con la mano, riendo sin parar, una risa infantil y loca.
Noah se paseó por el infierno con Hyuu en brazos, inconsciente  ya que durante el resto de su eterna vida no volvería a poner una pata encima a ese lugar. Aunque tampoco quería.  El sitio era como una cueva gigante. Se podía ver las paredes rocosas de un color rojo cobrizo escalar el cielo, aunque el pico de la cúpula no llegaba a verse. Serpientes de fuego bailaban por los caminos de arcilla y piedra con diversión. Había sido un buen hogar. Aun la gente que vivía allí. Nadie tenia una personalidad definida, solo una mezcla de podridos sentimientos que no llegaban muy lejos. El había conseguido sentimientos a partir de un método doloroso y que podría considerarse ''il·legal''. El único aparte de él y Hyuu, el rey Nekoro también tenia sentimientos. Por eso era el rey. Era el demonio mas antiguo de todos, quien dio vida a los demás  Todo el mundo lo seguía para, que de alguna forma u otra, ellos también recibieran sentimientos algún día  Pero a su rey solo le interesaba pocas cosas, entre ellas la diversión a costa de los demás y las antiguas fabulas y leyendas de los demonios y los ángeles.
El albino entró en un amplio cuarto de la cambra real, donde en medio estaba una pequeña demonio negra leyendo un libro viejo. Acariciaba el libro con delicadeza, como si este estuviera vivo y le hablase. Noah dejó a Hyuu descansar en uno de los asientos que había dispersos y se acercó a la muchacha.
-Xaros, que lees?- La chica se giró extrañada y movió los labios, mas no expulsó ningún sonido. Cuando no escuchó nada se llevó las manos a los labios. Levantó la mano y con el dedo indice, fue haciendo surcos en el aire, donde la sombra se acumulaba, creando palabras de forma sorprendente elegante.
-''Un antiguo libro de los demonios''- se podía leer en la negrura. Xaros rápidamente borró estas palabras con un movimiento de mano y volvió a crear de nuevas.- ''Mi nombre es Xaros?''-
-Si...te llamas así  ese es tu nombre.- Xaros pareció esbozar una pequeña sonrisa y mueca. Volvió a ojear las paginas de aquel desgastado libro mientras volvía a escribir mas palabras.
-''Me pregunto cual fue mi pecado y porque fui castigada así '.- En esas oscura niebla compactada en palabras se podía notar una cierta agonía  O podía ser la agonía del mismo Noah. -''Debí ser una persona horrible o tal vez...''- las palabras que siguieron se borraron.  Noah se abalanzó encima de Xaros con un abrazo lleno de arrepentimiento. Xaros no entendía lo que sucedía y se quedó en la misma postura.
-Te juro que nunca fuiste una persona malvada.- Noah se apartó un poco de la muchacha. Esta seguía ojeando su libro, sin preocupación alguna por lo que la rodeaba.
-''Este libro es interesante''- palabras aparecieron sin la necesidad que Xaros las escribiera. -''Cuentan la leyenda de un demonio negro que se volvió blanco y con el poder de la pura oscuridad quiso destronar al rey de los demonios''- Noah esbozó una sonrisa mirando los antiguos dibujos del libro. Él también conocía aquella leyenda. -''Pero aquel demonio blanco perdió...me hubiera gustado que ganara''-
-A mi también ..- Noah se levantó lentamente acariciando el cabello oscuro de Xaros.- Lo siento, pero tengo cosas que hacer.-
-''Nos veremos otro día?''-
-...Eso espero...-

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