Deseo de Noah

Deseo de Noah

viernes, 26 de octubre de 2012

El deseo de Noah -Capitulo 19: Él-


Capitulo 19: Él

No sabia como usar un arma. Nunca había usado una y esperaba que nunca tuviera que usar una. Dilan se maldecía a si mismo por no poder hacer nada en la batalla aparte de esquivar los ataques. Esta supuesta ''Xaros'' le atacaba con una espada casi tan grande como él con una rapidez y agilidad inigualables mientras que él tendría que sacar una flecha, tensar el arco, apuntar y disparar. No tenia tiempo. Pero tenia que hacer algo, fuese lo que fuese, algo rápido, imprevisible. La espada se lanzó a sus pies y entonces una bombilla se le encendió. Saltó encima de la espada y se impulsó. En medio de el aire, sacó una flecha tras otra y disparó. Una rozó a la muchacha y las otras dos se perdieron en el infinito páramo  La chica se limpió la poca sangre que había surgido por el golpe de la flecha y la destruyó. Una vez en el suelo volvió a disparar una vez mas, al estar unos metros detrás de ella, ganaba algo de tiempo. Lanzó y la flecha le golpeó la mano, incrustándose. ''Xaros'' no gimió ni gritó. Solo se sacó la flecha y la herida se cerró.

-Intenta herirme, no lo conseguirás.- dijo con una sonrisa desquiciada mientras rompía la flecha en su puño.- De oscuridad es de lo que esta compuesto mi cuerpo.-

Noah golpeaba la cabeza del rubio burlón una y otra vez contra el suelo de aquel edificio donde habían aterrizado. Quería borrar esa horrible sonrisa. Con su muerte. Estaba desquiciado por la forma que había tomado. Comenzó a arrancarle las plumas, sin compasión, sin detenerse. Aquella forma falsa, acomplejada a un supuesto ángel se enrabiaba a niveles que nunca se habría llegado a imaginar. Odiaba a los ángeles. Resultaba irónico.
Se detuvo al instante al oler una olor familiar. Sus orejas se levantaron al sentirlo. Intentó buscarlo con la mirada, girando la cabeza a banda y banda. Ese hedor a demonio, le era tan parecido...

-Dan, los oscuros están empezando a escalar el edificio, cada vez son mas rápidos, ugh...- Vicktor se apartó el cuello de la camisa. Dan le lanzó la pistola que tenia ella. Era el momento de utilizar sus cuchillas. Los oscuros mas escurridizos llegaban hasta arriba del todo y allí Dan los cortaba por la mitad de un golpe seco y limpio. Saltaba encima de ellos y les clavaba aquellas filudas hojas.
-¡Solo no los dejes tocar a Luke, él no puede defenderse...!- Dan corrió y tomando impulso para saltar desde la espalda de Vicktor reventó un oscuro que se iba a lanzar encima suyo.- Y vigila lo que haces.-
El suelo volvió a sacudirse con fuerza. Otro edificio cayó. Pequeños oscuros escalaban edificios ajenos y desde allí saltaban hasta llegar donde ellos. Vicktor intentaba alejar lo máximo posible las criaturas de Luke y Dan se enfrentaba a tres grandes oscuros a la vez. Llevaba las de perder, aun reuniendo todas las fuerzas que le quedaban. Luke se aferró a la camisa de Vicktor.
-Por favor, Dios!- gritó entre lagrimas.-Haz que todo esto pare!- Como si de algún modo sus plegarias hubieran sido escuchadas, los oscuros cercanos a ellos desaparecieron en una nube de oscuridad. Los chicos, sorprendidos, no supieron como reaccionar.
-No soy Dios, pero soy lo que mas se aproxima a él...- dijo una voz aterciopelada. Todos se giraron en su dirección, sorprendidos. Iba descuidadamente vestido, con unos pantalones largos anchos y un chaleco abierto, sin ninguna camisa que cubriera su torso. Un cabello azul oscuro y corto y unos ojos amarillos adornaban esa sonrisa torcida y triunfadora. Su cabeza era portadora de unas largas orejas de zorro y de su pantalón salía una larga cola azul.
-¿...Eres un demonio?- exigió saber Vicktor. El misterioso chico rió estrambóticamente antes de suspirar y mirarlo con superioridad.
-Que mas da? Por una vez humanos y demonios estamos en el mismo bando...o parte de él.- Levantó la mano, señalando al zorro blanco.-Mi cometido es matarlo. No interfiráis simplemente.-
-Y el oscuro? Lo mataras también?- El chico de ojos amarillos miró a la rubia y le sonrió de forma grotesca.
-Os dará igual cuando la olvidéis.-

Noah avistó a la persona que esperaba. Apartó de un golpe al chico alado, dejándolo al borde del precipicio. Honey luchaba por levantarse, pero no sentía nada de su cuerpo. Los brazos, las piernas, los dedos de los pies, nada notaba aparte de un dolor extremo en su cabeza. Cerró los ojos y simplemente esperó su final.

-Tardaste en aparecer...- Le replicó el albino al otro zorro cuando este llegó a su lado. Los dos sonrieron de forma familiar y sarcástica, tomando distancias.
-Nunca pensé que llegarías tan lejos, Noah.- dijo el otro levantando los hombros en señal de indecisión.-Aunque siempre te estuvimos observando, desde tu primer movimiento, siempre supimos lo que hacías.-
-Porque no me detuvisteis?- Preguntó con una falsa curiosidad mientras, disimuladamente, llamaba con una mano a la oscuridad para que se acercase.
-Bueno...era interesante ver como intentabas manipular a la gente...aunque nunca lo conseguiste hacerlo bien...podríamos decir que si no hubiera sido por mi, hubieras tardado mucho mas en conseguirlo, pero era tan aburrido esperar~.- Se llevó las manos a la cabeza y sonrió dulcemente.-Y ver tu cara de desesperación...fue lo mejor. Nunca pensé que aquel zorro que contaban las antiguas leyendas fueras tú.-
-Pues si sabes que es lo que quiero...- El brazo de Noah se volvió negro y afilado. Era portador de una cuchilla enorme, empañada en oscuridad.-DEVUÉLVEMELO!-
-Y perderme la diversión?- Esquivó rápidamente el ataque y, sin que Noah pudiera verlo, se apareció detrás de él para pegarle una patada en la cara. Noah cayó al suelo fuertemente, y empezó a escupir unas motas de sangre. El otro zorro lo obligó a mantenerse a cuatro patas mientras sonreía victorioso.- Oh, que forma mas sumisa tienes, Noah! Como los viejos tiempos, recuerdas? Cuando eras un demonio negro! Idiota, no lo recuerdas? Da igual cuanto puedas manipular la realidad ahora...Yo puedo manipularla al completo, por eso puedo mantener mi forma verdadera en la tierra...solo llámame por mi titulo, como los demás. Solo susurra un ''Si, mi rey'' y todo estará perdonado...-

-¡Dan!- Vicktor corrió al lado de la chica, que miraba expectante la batalla entre los dos demonios.- ¿Quien crees que ganará?-
-¿O quien crees que debería ganar?- Corrigió Dan suspirando y cruzando los brazos con resignación - No lo se. Si Noah gana pasará lo peor pero si gana ese...demonio...¿Que querría decir con olvidarnos de ella? No tiene...-
El suelo se sacudió fuertemente, mas que las dos anteriores. El edificio donde estaban empezó a caerse violentamente, y donde estaban los demonios luchando se inclinó bastante. Dan cogió a los chicos por las muñecas para saltar a otro edificio, pero Honey estaba a punto de caerse. Se arriesgaron y corrieron para saltar donde los demonios batallaban.

Consiguieron que Honey no se cayera al vacío y observaron como el zorro azul tenia una espada gigante y apuntaba al cuello del zorro blanco. Cuando fue a clavársela un pequeño zorro negro se puso en medio y la espada lo atravesó limpiamente.
-¿Que...?- Noah, aturdido y confundido, miró a aquel zorro con lastima y curiosidad. Era aquel zorro que mas de una vez se le había aparecido. La oscuridad que contenía Xaros lo envolvió, para demostrar su cuerpo verdadero. Noah al ver su rostro cubierto de sangre intentó correr hacia él, pero cuando llegó su cuerpo se disipó entre una niebla oscura. Cayó de rodillas y su rostro se llenó de cristalinas lagrimas. se llevó las manos a la cabeza con desesperación.- ¡¡Que esta pasando!! ¡¿Como ha podido volver a suceder, como...!?- Miró con odio a su rey. Este se acercó lentamente para coger la espada.
-No lo sabias?- sonrió con victoria.-...Bueno, entonces acabemos con todo esto...- Saltó por encima de Noah y se abalanzó sobre el oscuro.

Dentro de aquella criatura gigante, dos personas batallaban de una forma muy artística, ni un desliz, ni un paso en falso, como una danza. Cuando el esquivaba, ella esquivaba. Como si pudieran anticipar el movimiento del otro. Dilan empezó a sentirse agotado. Torpemente intentó buscar una flecha en su espalda, pero solo consiguió aprisionar aire entre sus dedos.
''Xaros'' rió victoriosa intentando asestar el golpe final. Dilan saltó hacia atrás, buscando con la mirada alguna flecha, alguna salvación. No veía nada, todas estaban rotas. Resbaló con una flecha de el suelo y cayó de culo, a total merced de la muchacha que exigía su sangre. Era su perdición. ''Xaros'' sonrió y pareció susurrar una despedida, levantando con fiereza su espada. Dilan apartó el rostro y lo cubrió con sus manos, cerrando los ojos, esperando que aquella arma se clavase en su cuerpo y se llenara de su sangre.

Cuando volvió a abrirlos, la muchacha no se movió. Su cuerpo parecía paralizado. Su espada se cayó al suelo y empezó a escupir hileras de sangre negra. Cayó de rodillas al suelo, como si hubiera perdido su voluntad de moverse. Dilan le extendió los brazos ante su inevitable caída y ella apoyó su rostro en el pecho del rubio, llenándole la blanca camisa de un liquido denso y negro. Dilan solo la apoyó mejor en su pecho y le acarició levemente el cabello con ternura.
-Mi..Mierda...- decía entre bufidos y lamentos. La muchacha se intentó girar con esfuerzo para quedar boca arriba y mirar el inexistente cielo.- Han matado a ''Xaros''...me han matado...- Se pasó la mano por sus labios, la sangre le empezaba a dificultar el habla.- Este...significa mi final, Dilan?-
-Por fin crees que soy yo?- dijo con dulzura, jugueteando con su largo cabello, pasándolo entre sus dedos.
-Si.- rió y esbozó una sonrisa tímida.- Si no ya no seguirías aquí...- Levantó débilmente la mano para acariciar la mejilla del chico.- Dime Dilan...que hubiera pasado si te hubiera dicho que me gustabas? Podríamos haber sido felices y ahorrarnos este sufrimiento irreal? Dilan...- El rostro de Xaros se llenó de lagrimas ajenas.- Dilan, porque lloras?-
-Porque te echaré de menos.- susurro con un hilo de voz apenas audible. Su rostro era horriblemente tétrico y angustiado. Acercó su rostro al de la muchacha, sintiendo su respiración agitada en su cara. La sentía cada vez mas ligera, mas inexistente.-Si hubiera podido pedir un deseo...- El rubio se ahogaba en sus propias palabras, a falta de aire.-seria que nos volviéramos a reunir...-

La muchacha le limpió las lagrimas con dulzura y las puntas de sus dedos recorrieron los surcos de las lagrimas con lentitud. Estaba helada. Acercó mas su rostro al de ella. Pero ella ya no estaba allí, se había esfumado.

Aquel blanco tan puro se esfumó, volviendo al lugar donde había estado el oscuro. Las calles destrozadas, los edificios caídos, alguna que otra boca de agua expulsando liquido a presión. Dilan estaba tendido en medio de la destrozada carretera, aferrando algo pequeño y brillante en su mano izquierda.
Una muchacha pelirroja, al darse cuenta que los terremotos habían cesado, salió de su escondite. Había permanecido allí todo el tiempo, esperando su momento. Se acercó al chico inconsciente y abrió su mano y cogió la joya. Giró su cabeza y vio como un chico con orejas de zorro y cabello azul se aproximaba a ella. Esta, con respeto y miedo, buscó en su bolso, sacando un montón de papeles con cosas escritas en alguna extraña lengua. Se los lanzó todos juntos a aquel zorro. Este le sonrió a la muchacha y de un salto desapareció.

Un grito terrorífico invadió el silencioso lugar. Un grito de una muchacha rubia, vestida con una fina chaqueta, vaqueros y botas. Sentada en el suelo, se llevó las manos a su cara, escondiendo sus lágrimas. Un chico castaño la abrazaba a su lado. Tumbado en el suelo, un chico rubio, lleno de sangre y heridas, era atendido por otro muchacho. La rubia se mordió el labio inferior, negando lo obvio. El castaño levantó un poco la cabeza. Lucía horrible. La muchacha se limpió las lágrimas y miró al nublado cielo.
-¿Que...ha pasado?-
Vicktor se apartó de ella y la sacudió violentamente. No habló aunque sus labios lo intentasen. Su voz pareció haberse esfumado. Consiguió articular unas palabras con diferentes tonos.
-Ella...ha muerto...-
Dan sopló el mechón que caía por su cara y sonrió aun mirando hacia arriba.
-¿Quien?-
Vicktor se quedó congelado al escucharla y su piel se volvió pálida.  Por acto reflejo había dicho eso, pero entonces se dio cuenta que no albergaba ningún recuerdo de lo sucedido. Ni de la persona que llevaba perdidamente enamorado desde hace tanto tiempo.
 Nada.

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