Deseo de Noah

Deseo de Noah

viernes, 18 de mayo de 2012

El deseo de Noah -Capitulo 8: Ese beso traicionero-


Capitulo 8: Ese beso traicionero

''Que es el amor? Me preguntaba. No lo sabia a ciencia cierta. No lo puedes tocar. No puedes verlo. No sabes lo que es. Solo surge de una forma misteriosa y te tortura, de una manera u otra. Yo...yo una vez sentí una tortura parecida. Mas bien la pude ver. Y tocarla. Una persona que quería, por encima de todo, que la otra persona estuviera bien. Pero no todo salió bien para todos. Ellos y yo salimos perdiendo de una forma u otra. Pero no creo que importe yo en todo esto, a nadie le importo. Porque soy así, de insensible. Si no fuera por los recuerdos que albergó ni siquiera tendría razón de existir. Y me gustaría no tenerla.'' 

La noche era profunda, solamente iluminada por la liguera luz de la luna llena. Un pequeño animal de color blanco miraba con los ojos vacíos la luna. Un animal del mismo tamaño que el otro, de color negro, se sentó a su lado. 

-Tu eres nuevo en el territorio, no?- le dijo el blanco al negro.- Me llamo Noah...y yo te enseñaré todo.- 

-Yo...yo no tengo nombre...- dijo el otro con la cabeza gacha.-No recuerdo ni cuando nací.- 

-Ninguno de nosotros recuerda cuando nació...solo nos volvemos conscientes de nuestro cuerpo y nos dicen lo que tenemos que hacer...- 

-Eres el primero que veo de color blanco...los demás son de un color negro carbón, como yo...- 

-...Las lagrimas purifican el cuerpo...pero no importa ya, fue hace tiempo, volvamos a tu instrucción.- 

Los dos animales desaparición en la oscuridad de la noche, sin dejar rastro de su presencia. 

Después del duro invierno el clima mejoraba lentamente hacia la primavera y los animales y las plantas se despertaban perezosamente de su letargo. 

Xaros había decidido inscribirse en un grupo. Ruby estaba en un grupo tocando la guitarra, Dan entrenaba cada día en el gimnasio para los campeonatos de kickboxing y Honey iba apurado por los exámenes de la universidad, así que la mayoría de tardes se las pasaba sola. Pensó bastante en que grupo podía estar, ya que nunca antes se había inscrito en uno, solamente por pereza pura. Después de meditarlo mucho decidió inscribirse en el de esgrima, ya que necesitaba perfeccionar su dominio de la espada, así que estar en dicho grupo era la mejor forma. 

Y todo salió mucho mejor de lo que esperaba. Además de conseguir un dominio fluido con la espada resultó que era realmente buena en la esgrima, haciendo que cada uno de los integrantes del grupo cayera mas de una vez rendida a sus pies. La gente, asombrada por su habilidad y sus rápidos movimientos comenzó a ir a verla pelear. Al principio esto alteró a Xaros, ya que se sentía cohibida por tantos ojos posándose en su figura, pero después se acostumbró, en cierta manera, la concentraban mas porque no quería hacer el ridículo. 

Una tarde, cuando había bastante gente, todos los del grupo decidieron luchar entre si, como una especie de torneo no oficial. A Xaros le gustó la idea, y le producía curiosidad y emoción luchar contra el jefe y presidente del grupo, que nunca se había presentado en ningún momento en el gimnasio cuando ella estaba allí, y no sabia quien era. Mientras luchaba contra uno, lo vio, aunque llevase ya la mascara puesta lo distinguió porque tenia un aire mucho mas serio que los demás del grupo. En cierta manera le sonaba... 

Xaros y el misterioso jefe fueron batiendo a los demás integrantes del grupo, ganando cada uno de un simple golpe en el pecho. No tardaron en enfrentarse entre ellos. Xaros empezaba a ponerse nerviosa, no quería quitarse la mascara para que no viera su asustada cara. Antes de que empezara el combate, cuando estaban cara a cara, le hizo gestos con la mano para que se acercara. Tímidamente Xaros obedeció y se retiró ligeramente la mascara, pero no mucho, para que no viera que su labio inferior temblaba. El chico se retiró la mascara y se sacudió el pelo de un golpe de cabeza. Xaros abrió la boca sin poder creer lo que veía. 

-Viktor?!- exclamó mientras lo señalaba con incredulidad- TU eres el jefe del club de esgrima?- 

-Cual es el problema?- 

-Nunca habías dicho nada al respecto...ni si quiera sabia que supieras manejar la espada...- 

-Lo mismo digo...- se mantuvieron en silencio hasta que Viktor volvió a hablar.-Que te parece si hacemos el combate mas...emocionante?- la ultima palabra la dijo con un tono distinto. 

-Como que?- dijo la muchacha con ojos retadores. 

-Nos apostamos algo?- la expresión de Viktor cambió, como si estuviera pensando- Si tu ganas le diré a mi primo Dilan que tenga una cita contigo- El rostro de Xaros se sonrojó rápidamente. Solo con pensar en estar solos sus mejillas ardían.-Y si gano yo...tendrás una cita conmigo- Xaros lo miró confundida. 

-Como?- Viktor se puso su mascara, antes de que cubriera totalmente la cara se pudo ver una ligera sonrisa. 

-Aceptas?- 

-...Si!- 

Se pusieron en posición de combate, tenían un dos metros de distancia entre ellos. El publico incluso podía palpar la tensión que había, creando un silencio sepulcral. Con un pitido las dos figuras empezaron a moverse rápidamente intentando acertar de un golpe a su rival. Pasaron minutos y los dos se defendían a la perfección. Hasta que uno flaqueó y el otro le acertó en el pecho. Sonó el pitido que daba por terminado el combate. El perdedor se cayó al suelo, quedando sentada en el frio suelo y el ganador fue retirándose lentamente la mascara y de un golpe de cabeza se agitó el cabello. 

-El sábado en la calle mayor a las cinco, y no llegues tarde.- dijo Viktor con una sonrisa picara. 

El sábado era el típico día de primavera perfecto. El sol brillaba fuertemente y los pajarillos cantaban. Xaros se había arreglado bastante para salir con Viktor. No sabia bien porque pero su corazón palpitaba. Posiblemente porque era la primera cita que tenia con un chico. Con los nervios y las prisas llegó diez minutos antes, quedándose en un banco esperando a que Viktor llegara. 

Pasado un cuarto de hora apareció el chico, bastante arreglado también. Parecía evitar la mirada de la chica, y sus ojos miraban a todas direcciones excepto a los ojos de la muchacha. Al final decidieron ir a dar una vuelta por las tiendas. 

-Lo ves? LO VES?- le decía una chica rubia a un chico de cabello color miel gritando desde una esquina.-Te lo dije! Debemos hacer algo!- 

-Daniela...- dijo el chico rodando los ojos y suspiró- Porque Xaros nos presentó?- 

-Por si había alguna emergencia!- le gritó.- Y esta es una emergencia! No ves que Xaros esta saliendo con un chico, Honey?- 

-…-Honey frunció el ceño al escuchar que le llamaban así.-Primero, se refería a emergencias con oscuros. Segundo, no me llames Honey!- 

-Hasta que tu no me llames Dan te seguiré llamando así!- Dan se lanzó encima de Honey y empezó a estirarle de las mejillas y Honey del cabello. 

La tensión entre los dos jóvenes de cabello castaño se suavizó al visitar las tiendas y entrar en unos juegos recreativos, donde se divirtieron matando zombis y ganando puntos. Había un puesto de derribar peluches con una escopeta de corcho , el típico puesto de feria. Había un peluche hermoso, de un perrito muy peludo. Xaros lo miraba fascinada. 

-Quieres ese peluche?- dijo Viktor. Xaros negó ligeramente con la cabeza pero en su cara se le notaba que lo queria. Viktor pidió al encargado del puesto una escopeta y se concentró en darle. 
Después de varios intentos no consiguió derribarlo. Un tiro pasó rozando por el perro pero no consiguió tirarlo. Viktor se deprimió y Xaros intentó animarlo, yendo a por unas hamburguesas. Las compraron y se sentaron en un banco. 

-Siento no haberte podido conseguir el peluche...- decía entre suspiros. Xaros dio un mordisco a su hamburguesa y un sorbo a su bebida, y después sonrió. 

-No pasa nada, lo intentaste y eso ya es suficiente para mi.- Los ojos de la muchacha brillaban con intensidad. Entonces Viktor se acordó de el día que se enamoró de ella y de su sonrisa, de que quería que de sus labios saliera un ''te amo'' pero solo era capaz de meterse con ella y hacerla enfadar. Despertó de sus pensamientos y vio que alguien se acercaba. No quería que nadie arruinase lo que estaba viviendo. Ahora no. Viktor acercó rápidamente su rostro al de Xaros, y esta con el rostro marcado por la sorpresa y la confusión, la besó.  

Sus labios apretaban los suyos, que permanecían cerrados. Después de unos segundos que a los dos les parecieron eternos Viktor se apartó ligeramente de Xaros, observando su rostro de sorpresa, y sus mejillas de un fuerte rojo. El cerebro de Xaros se había bloqueado, no podia pensar. Pero reaccionó cuando escuchó una voz detrás suyo. 

-Viktor?...Xaros...?- La muchacha se giró y se encontró con esos ojos azules que tanto adoraba. Dilan, vestido con ropa de deporte los miraba con ojos confundidos y impactados.-Venia del entrenamiento de futbol y...- Se calló. Creía que estaba interrumpiendo algo intimo, y hubiera deseado ir por otra calle para dejarlos a solas. 

Los ojos de Xaros se fueron humedeciendo sin que ella pudiera controlarlo y se fue corriendo sin decir nada, solo dirigió una mirada del mas profundo odio a Viktor antes de desaparecer entre la gente. 

-…- Viktor se levantó lentamente del banco y se puso delante de su primo. Dilan era algo mas alto que él, pero Viktor tenia una expresión seria en su rostro, Haciendo que Dilan se sintiera inferior a él.-...espero que estés contento.- dicho esa frase Viktor se fue por el camino opuesto por donde se había ido Xaros, dejando a Dilan solo y totalmente confundido. 

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