Deseo de Noah

Deseo de Noah

viernes, 4 de mayo de 2012

El deseo de Noah -Capitulo 6: La miel mas dulce-


Capitulo 6: La miel mas dulce 

-''Empezaba a creer que nunca mas volverías. Que te habías ido para siempre y te olvidarías de mi y de tu viejo y desgastado deseo. Hay gente que lo hace con la mitad de tiempo que tu, o incluso menos. Pero tu te estas tomando tu tiempo, verdad? Bueno, realmente me da igual, es tu problema... pero en cierta manera te eché de menos. Perdón, rectifico, eche de menos que estuvieras a mis servicios. No puedo echarte de menos, no tengo corazón. No tengo sentimientos superfluos como otros. Ahora has vuelto y vuelves a estar en mi mandato. Estoy encantado.''- 

Viktor había llevado a Xaros ante los profesores, que la llevaron rápidamente hacia el hospital. Viktor se negó en rotundo a abandonarla. Allí todos respiraron aliviados al saber que solo se había roto un tobillo aunque estaba resfriada, pero nada demasiado grave. Enviaron a Xaros a su casa y Viktor se fue a la suya, realmente tranquilo. 

Al día siguiente, viernes, Xaros reposó durante todo el dia. Tenia una pequeña venda en su pie y no paraba de estornudar aunque los grados del centimetro fueron bajando poco a poco hasta estabilizarse. Sus padres le explicaron lo que pasó ayer, ya que ella había estado inconsciente todo el rato. Intentó llamar a Viktor para darle las gracias, pero se acordó que no tenia su numero. Dan la llamó mas tarde diciéndole que había vencido al oscuro gracias a la intervención de una persona voladora. 

-Voladora? Tenia alas?- exclamó Xaros mientras comía patatas y visitaba algunas webs desde el escritorio de su ordenador. 

-Si, una ala negra como el carbón. Incluso se le cayó una pluma. Venció al oscuro con rapidez, volaba rápido para distraer al oscuro...y...realmente no se como lo venció- 

-Nho zabes comno nlo venhció?- intentó decir Xaros con la boca llena de comida. 

-No...salían rayos blancos, como si disparase algo...- hizo una pausa y suspiró.- Se acabó el descanso, me vuelvo para dentro.- 

Mas tarde la llamó Ruby y algunas chicas mas de su clase, pero nada importante. Se fue a la cama pronto y reposó hasta el día siguiente. 

Hoy era sábado, así que no había clases. Xaros durmió hasta las 10 y después encendió su viejo ordenador para jugar a algunos videojuegos y leer unos mangas. Al cabo de dos horas después navegando por la red su madre le gritó. 

-Xarooos! Vístete y baja, que vamos a ir a visitar a tus primos!- Xaros frunció el ceño. No se gustaba salir un fin de semana, prefería descansar, y con mas razón ahora que se dedicaba a matar monstruos gigantes. Además, tenia el tobillo aun mal. 

-No quiero Mama, estoy aun con el tobillo chungo! Id vosotros sin mi!- 

Media hora mas tarde Xaros miraba aburrida por la ventanilla del coche. El cielo predecía tormenta y eso le molestaba aun mas. Empezaba a dolerle la cabeza, quería haberse quedado en su casa, calentita y cómoda. Incluso Noah se había quedado durmiendo en su casa. Esto era realmente molesto. Finalmente llegaron a la casa de sus primos. Cuando salió del pequeño coche se sintió aliviada, no le gustaba ir enlatada en un automóvil. Picó en la puerta y le abrió su primo. Los ojos de Xaros empezaron a brillar. 

-Honey!!~~- gritó Xaros a la vez que abrazaba al alto chico rubio. Este enrojeció ante la muestra de cariño de su prima e intentó deshacerse de ella. Sus padres se acercaron y rieron por lo bajo.- Porque no me dijeron que Honey regresó? Pensaba que aun seguía estudiando en el extranjero, tengo tantas cosas que contarte...- 

Entraron dentro de la casa, Xaros cogida al brazo de su primo. Tuvieron una entretenida comida y después subieron a la buhardilla que es donde estaba el cuarto de Honey. Xaros entró contenta, porque ese sitio volvía a ser el cuarto de Honey. Con sus posters y sus libros, con su olor flotando en el aire. Cuando el se fue ese cuarto se quedó vacío y no subió mas cuando iba a visitar a sus tíos. Pero ahora que Honey había vuelto volvería a ir cada semana. Se tiró encima de la gran cama y se hundió entre sus almohadas. 

Honey, que con ese vulgar mote era llamado por Xaros, era su primo mayor. Por la relativa cercanía de casa o porque ninguno de los dos tenga hermanos son dos primos muy apegados que se conocen desde pequeños. Honey va a la universidad, pero hasta hace menos de una semana tuvo una beca para ir a estudiar a América, que aceptó encantado. Xaros se puso muy triste cuando se enteró de que Honey se iría un año a Estados Unidos, pero el era feliz, así que lo dijo nada. Ahora volvían a estar juntos y estaba realmente contenta 

-Y que has estado haciendo fuera, Honey?- El chico rubio volvió a sonrojarse. 

-Te he dicho que dejes de llamarme por ese estúpido mote que me pusiste cuando era pequeño!- Le gritó su primo mientras ojeaba unos libros. 

-Pero me recuerda que cuando tenias mi edad eras muy dulce...ahora eres un arisco.- Honey frunció el ceño y cerró el libro de un golpe y lo dejo en el estante. 

-Pasaron cosas en el pasado...- Xaros se levantó ligeramente para observar el rostro de Honey. En sus ojos se reflejaba un profundo odio y tristeza. Suspiró y miró a Xaros.- Pero el pasado es el pasado.- Cuando Honey dio un paso el suelo dio un pequeño tiemblo. Honey cayó encima de Xaros, que cayó encima de la cama. Una vez se calmó todo, los dos miraron por la pequeña ventana que había. Algo negro y grande estaba surgiendo de las entrañas de la tierra. Estaba relativamente lejos de donde estaba pero por el tamaño que tenia podía llegar a ser peligroso. 

Cuando quiso girarse para hablar con Honey de lo presenciado ya no estaba. Extrañada, bajó hasta la primera planta, pero allí solo estaban sus padres, extrañados por el temblor. Xaros salió de la casa con prisas temiéndose lo peor. Que Honey haiga salido a saber el motivo del temblor y se topase con el oscuro. No quería perderlo ahora que lo había recuperado. Cuando se aseguró que sus padres no la seguían y no había nadie alrededor se cambió. Aquel monstruo estaba en un descampado, algo apartado de la ciudad. 

Al cabo de unos minutos Xaros corría mas lento y con la respiración acelerada. El tobillo empezaba a arderle, ahogándose en el dolor. Había empezado a llover y su caliente aliento salía de su boca en forma de pequeña niebla. Su vestido se le pegaba a la piel, haciéndole sentir mas pesada. Estaba a 50 metros del colosal monstruo. Miró hacia arriba y parecía que el monstruo seguía con la mirada a algo en el cielo. Xaros no podía verlo bien, pero se lanzó al ataque invocando sus espadas. Mientras la bestia estaba distraída ella podría atacar sin recibir daño.  

Consiguió cortarle la cola, la criatura expulsó un alarido desde lo mas profundo de su garganta. De la rabia consiguió derribar lo que perseguía con la mirada y cayó al suelo, con un fuerte golpe. Lo que cayó al suelo gritó de dolor, con una voz que a Xaros le sonaba mucho. Se acercó y se encontró a un rubio alto con unos ropajes rojos y pantalones cortos blancos y una sola gran ala negra en su espalda. Gritaba de dolor con fiereza, y permitía ver una pequeña piedra circular de color rojo en su lengua. Xaros abrazó al chico. 

-Honey! Como...tu...?- gimoteaba la muchacha al verlo herido. Honey intentó sobreponerse y sacó dos pistolas blancas. 

-Cuando dispare, atácale tu en el agujero que te dejaré en el, de acuerdo? Allí esta su punto débil!- Xaros lo miró con preocupación, pero asintió y se levantó. A duras penas Honey consiguió ponerse de pie y disparar. Unas finas líneas de luz atravesaron el ser oscuro y dejaron en el estomago un gran hueco, por el que Xaros se pudo colar.  

Dentro del cuerpo del oscuro estaba hueco. No había ni vasos sanguíneos ni órganos ni nada. Solo un vacío de oscuridad. Al final encontró su gema del alma, del típico color negro, pero mucho mas grande que las anteriores, del tamaño de su cabeza, tal vez. 

-Esto es...- se puso en posición de ataque y las espadas empezaron a brillar con fuerza.- POR HONEY!-

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